El ímpetu de reafirmación, la -aparentemente- desmesurada irreverencia y la predilección por lo fantasmagórico y las serpientes parecen haber quedado relegadas a una mera proyección efímera y pasada, como parte de la imagen artística edificada a lo largo de la etapa de reputation, el sexto álbum de estudio de Taylor Swift.
Dicha asunción puede enunciarse como producto del ansiado retorno de la intérprete: desde hace semanas, la susodicha publicaba diferentes fotografías en sus redes sociales, las cuales anticipaban una cuenta atrás cuyo desenlace tendría lugar hoy, día 26 de abril. La estética adoptada desde entonces, en gran contraste con su última producción discográfica -de la que se desprendían sobresalientes cortes de inmersión absoluta en los terrenos del pop electrónico, como ...Ready For It? o I Did Something Bad- se halla marcada por una infinidad de tonalidades pastel, fosforescencia, flores y lentejuelas.